Mario Rovira es un joven viticultor que té tres proyectos en tres regiones muy diferentes; al Bierzo, Jerez y ahora mismo uno de muy interesante Alella, elaborando vino a la Bodega Alella Vinícola con uva de la viña que él mismo y su pareja gestionan a Can Ballús, a Tiana
Ya hace casi una década que en Mario Rovira aterrizó al Bierzo busca de un lugar donde desarrollar su propio proyecto después de formarse a Francia (Burdeos y Sancerre), California y Nueva Zelanda. Un hallazgo de variedades autóctonas, zonas de montanya, suelos cualitativos y viña vieja. Su sueño lo encontró en esta comarca, en la zona de San Lorenzo, al abrigo de los montes Aquilianos, de aquí su vino Akilia.
No se la única región donde puso los ojos, también ha elaborado en Cádiz donde en 2014 arranca un proyecto en San Lúcar de Barrameda buscando en aquel momento una crianza biológica por vinos de Palomino con «velo de flor» y sin «fortificar». Así surgeix una trilogía formando lo Tosca Cerrada bajo velo sin tonel -con inoxidable-, el Tosca Cerrada bajovelo con bota y el Tosca de Lentejuela, una de las ocho botas que elabora y del que salen 350 botellas.
La Flamenca 2018 es una cupada de Pasa Blanca (70%) y Macabeo (30%) vendimiadas en lrs primeras etapas de maduración para conservar la acidez y llegar a elaborar unos vinos más austeros. La uva fermenta en depósito de acero inoxidable, y el vino tiene una crianza de 5 meses; el 20% envejece en toneles de manzanilla de 500 litros, y el 80% restante envejece en huevos de cerámica y depósitos de acero inoxidable.
El vino tiene un color amarillo paja, donde predominan los aromas de la fruta blanca con ligeras notas de manzanilla. En boca es fresco, mineral y salino por la orientación de la viña encarada hacia el mar. Tiene cierta amargura que lo hace interesante y un ligero final cítrico.