La lagartija roquera, es una especie de reptil escamoso. La longitud de los machos, sin contar la cola, es de entre 48 y 68mm y las hembras pueden alcanzar tamaños más grandes, aunque según dicen no suele llegar al milímetro. La coloración consiste en una gran variedad de tonos más o menos pardo-grisáceo-verdosos que pueden estar salpicados de manchas negras en concentraciones también variables que es mayor en los machos adultos, mientras que en las hembras no suelen aparecer y en general podremos apreciar una línea de puntos negros en el dorso y una banda oscura a cada lado, lisa en las hembras y machos jóvenes y salpicada de manchas más oscuras en los machos adultos. El color del vientre varía entre el blanquecino y el rojizo, con ocelos azules en algunas escamas externas, mientras que la garganta aparece reticulada en negro.
La especie es propia de terrenos montañosos y puede colonizar en construcciones humanas. Los machos son territoriales con los miembros de su propio sexo, mientras que las hembras se mueven libremente. El apareamiento tiene lugar en primavera y la puesta consta de entre 3 y 8 huevos que la hembra entierra en un pequeño hoyo excavado por ella misma. Los huevos eclosionan entre dos y tres meses después. Al llegar el invierno, estas las lagartijas buscan refugio en alguna grieta donde pasan los meses fríos en estado de letargo. Se alimenta de insectos y es víctima de pequeños mamíferos. La cola puede desprenderse en caso de ser atacada por un depredador permitiendo así la huida de su dueño y regenerándose más tarde.